domingo, 5 de junio de 2011

"Y espero que una vez muerto el perro, se acabe la rabia."

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El título de la presente columna, puede que no les diga mucho, pero si les digo que un miércoles 5 de junio de 1996 (justo 5 años después de la obtención de la Copa Libertadores por parte de Colo Colo, que será tema para una columna futura), el entonces técnico de la Selección, el vasco Xabier Azkargorta, debió dejar la banca de la Roja tras el más que paupérrimo empate a 1, conseguido en Barinas (Venezuela), en el debut de la Roja en las Eliminatorias para Francia 98 (la Roja en la primera fecha, jugada entre el 23 y el 24 de abril, estaba libre). El resultado, selló inevitablemente la suerte del vasco, quien había sido advertido por Ricardo Abumohor, entonces presidente de la ANFP, de que si no se traía un triunfo ante la Vinotinto (que en ese entonces era fácilmente vencible), debía presentar su renuncia al cargo. 

Bajo la mirada de Miguel.. .


El resultado de Barinas no fue algo aislado, fue más bien la crónica de una muerte anunciada. Azkargorta -quien llegó en marzo de 1995 al cargo de Director Técnico, Seleccionador Nacional, o como se le quiera llamar, precedido de haber clasificado a Bolivia al Mundial de Estados Unidos 1994- no tuvo buenos resultados al mando de la Roja... veamos varios de estos ejemplos:

El 19 de abril de 1995, en un amistoso con Perú, en calidad de visita la Roja fue goleada por los del Rimac, por 6 a 0. Fue un primer indicio de que con Azkargorta las cosas no empezaban a caminar bien. Y veamos ahora, la primera prueba de fuego del estratega, cual fue la Copa América de 1995, desarrollada en Uruguay, y con Chile avecindado en la ciudad de Paysandú. Los resultados no fueron para nada halagüeños, a saber los siguientes:

En el debut ante Estados Unidos, el 8 de julio, la Roja perdió por 2 a 1. En el siguiente partido, ante Argentina, el día 11 de julio, Chile perdió por un abultado 4 a 0. Y en el cierre de la fase grupal, el 14 de julio, ante Bolivia, se empató a 2 goles, habiendo estado Chile 2 a 0 arriba en el marcador.

El resultado de todo esto fue la eliminación inapelable en la primera ronda, y más encima, quedar penúltimos en la tabla general, superando sólo a Venezuela. Y como si lo que he dicho hasta ahora fuera poco, el vasco entró en una crisis neurológica que lo llevó directamente al hospital, aun de hecho recuerdo cuando Azkargorta era ingresado en camilla al centro asistencial. Fue, se dijo, una suerte de pre- infarto por todo lo sucedido, lo cual fue alimento para caricaturistas y humoristas.

La siguiente prueba de fuego fue el Preolímpico de febrero de 1996, desarrollado en Mar del Plata (Argentina), Chile obtuvo los siguientes resultados: El día 20 de febrero, Chile pierde por 3 a 1 ante Argentina. El día 22 de febrero, la Roja le gana por goleada de 4 a 0 a Ecuador, al menos con esto, se abría una luz de esperanza de quedarnos con una de las dos plazas para los Juegos Olímpicos de Atlanta (EE.UU.) de ese año.

El día 24 de febrero, Chile empata a 3 goles ante Colombia. Y el día 26 de febrero, la Roja empata sin goles ante Venezuela.

Si bien no se logró ninguno de los dos cupos para los Juegos Olímpicos, se puede decir que esto fue lo "mejorcito" o "menos malo" del Bigotón, una derrota, un triunfo y dos empates, no era del todo malo, y se creía que al menos, se podía enmendar el rumbo, pero...

El domingo 2 de junio de 1996 fue la guinda de la torta... el debut de Chile en la Eliminatorias para Francia 1998 (Chile, recordemos que por la sanción impuesta por la FIFA por los incidentes del Estadio Maracaná, de septiembre de 1989, no pudo disputar la Eliminatoria de Estados Unidos 1994), todos lo esperábamos con ansias, ya que además, era ante un rival más que afrontable, Venezuela. Todos, quienes esperábamos un triunfo, terminamos viviendo una negra tarde de domingo, por lo que pasaré a relatar en seguida:

En el primer tiempo, la Roja digámoslo literalmente, jugó A NADA. Venezuela, sin ser un gran equipo, fue mucho más que la escuadra nacional, lo cual se reflejó en el hecho que nos pudo haber convertido fácilmente tres goles en los primeros 15 minutos (de hecho, fue a los 12 cuando nos hicieron el gol). Ninguno de los jugadores, ni siquiera Iván Zamorano, es destacable en esta fase de ese fatídico encuentro. En el segundo tiempo, lo más destacable fue la entrada de Marcelo Salas, Sebastián Rozental y Javier Margas, quienes al menos, tuvieron el mérito de despertar del letargo a sus compañeros (como dato, Chile convierte un gol a los 30 minutos del segundo tiempo, el cual fue anulado por una discutible posición de adelanto). Y metiendo coraje, seamos francos, se consiguió un empate con sabor a derrota. A los 46 minutos del segundo tiempo, Javier Margas metió el gol que nos dio el empate. Pedro Carcuro dijo: "el punto es bueno, pero el nivel exhibido por Chile es muy malo". Y con esto, el epílogo de esta historia era más que evidente.

El día 3 de junio regresa la Selección a Chile, la cual fue esperada en el aeropuerto, no precisamente para ser vitoreada, sino que duramente vapuleada. Todo esto, redundó en que el ayudante técnico Ignacio Prieto, llegara iracundo y las emprendiera contra la prensa y parte de la hinchada. Y al día siguiente, Ricardo Abumohor, cumple su promesa y le pide la renuncia a Xabier Azkargorta, la cual a partir del 5 de junio de 1996 se hace efectiva, y es en la conferencia de prensa en la cual el vasco lanza su célebre frase: "espero que una vez muerto el perro, se acabe la rabia".

La lista de candidatos a suceder al vasco se restringió a tres candidatos: Nelson Acosta, que era el favorito de la ANFP, a despecho que estaba colista con Unión Española, Jorge "Lulo" Socías, y Roberto Hernández, quien con O'Higgins había sido tercero en el Campeonato Nacional 1994. Los dós últimos no aceptaron el fardo cerrado de la banca nacional, con lo cual el puesto quedó para Acosta, de esa campaña, hablaré en otra columna más adelante.

Con esta columna quise exponer una etapa del fútbol chileno, que tuvo muy de negro y casi nada de logros. Azkargorta luego dirigió en un equipo japonés (Yokohama Marinos) y años después en un equipo mexicano, del cual fue despedido por sus malos resultados. Y después nada más se ha sabido de él... o no hemos querido saber más de él.

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