SANTIAGO PAVLOVIC:
"SENTÍ COMO QUE SE ME MOJABA EL OJO"
Santiago Pavlovic es un rudo entre los rudos y, además, le encanta lo que hace, por eso dice que cualquier incomodidad que pueda sufrir en la cobertura del rescate de los 33 mineros "da lo mismo". La noche que se inició la liberación de los trabajadores fue prueba de ello. "Dormí en un auto, casi en posición fetal", cuenta el hombre de "Informe Especial", quien debió acomodar su metro y 97 centímetros en un pequeño Kia.
Pavlovic aseguraba esos días que es la primera vez, en todos los años de circo que tiene, que ve tanta prensa reunida. "Ni en Berlín, Afganistán, Irak o ningún otro lugar había visto una cobertura tan grande. Además que esta es una historia linda y la prensa no anda como rapiña detrás de desgracias", reconoce.
El reportero de TVN suple la falta de comodidades con la experiencia. "Esta es una linda historia para cubrir y con los años uno se va poniendo más sensible", dice.
¿Lloraste en algún momento? "Sentí como que se me mojaba el ojo", dijo.
CONSTANZA SANTA MARÍA Y SU TRAUMA CON LOS BAÑOS:
NO TOMÓ AGUA AL COMIENZO.
Constanza Santa María dice que se fue a acostar como a las tres de la madrugada el día que se inició el rescate, pero como estaba tan exaltada con la emotiva liberación, recién como a las cuatro pudo dormir en la casa rodante de Canal 13, que compartía con el resto del personal. "Y lo hice a ratos. Estábamos con una tele prendida y como seguían pasando cosas estaba atenta a lo que pasaba", cuenta la menuda reportera. Asumo que hoy no te bañaste: "Habría que preguntarles a los que están a mi alrededor".
¿Muy terrible los baños químicos? "Al comienzo no tomaba agua", declaró.
"OBVIO QUE NO ME DUCHÉ".
"Llevo tantas horas sin dormir que ando medio confundida", dice Consuelo Saavedra de entrada, liego de estar casi ocho horas al aire. Ella llegó el lunes 12 de octubre a la mina y debió adecuarse rápidamente al polvoriento Campamento Esperanza. "Soy súper poco complicada cuando no hay comodidades. No me hago problemas", dice la mujer fuerte de TVN, quien agradece que sus compañeros le hayan cedido un camarote en la casa rodante.
"Dormí vestida, por el frío", dice.
"¿La ducha? Obvio que no me duché y no es la primera vez que no lo hago", reconoce.
CON TODO EL SUEÑO DEL MUNDO.
Hay un sol esplendoroso y Claudio Fariña no se saca su morrocotuda parka negra. La acumulación de sol lo tiene con la cara y en la piel, así que mejor protegerse. La falta de tuto es lo que más le pesa. "Terminé muy de madrugada en la televisión, y al poco rato empecé en la radio. Después pude dormir un rato en un auto", asegura sobre el día en que se inició el rescate.
He querido exponer estas cuatro experiencias para que demostremos que los periodistas son de carne y hueso -como todos nosotros- y que también tienen sentimientos y viven lo mismo que todos nosotros. Son Gente como Uno, como rezaba un programa de
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